NOTA PERIODÍSTICA

El agua que bebemos, 

el agua que no vemos


29 DE JUNIO DE 2016
Por Ramiro Sciarrotta | @ramisciarrotta


En Luján, los vecinos consumen agua de red o de pozo que supera los límites de nitratos establecidos por el Código Alimentario Argentino.


"La situación de los servicios sanitarios en Luján es kafkiana", confiesa casi en voz baja un ex funcionario de la primera línea local que prefirió no ser identificado. Desglosar el complejo entramado de los servicios sanitarios lujanenses, es decir, la provisión de agua potable y tratamiento de residuos sólidos y líquidos, se torna una tarea ardua por dos motivos: la falta de información sobre su planeamiento y gestión y cuando se consiguen datos son dejan en evidencia una realidad alarmante.

Luján es una ciudad de la provincia de Buenos Aires, ubicada a 60 kms. de la capital argentina y reconocida por su Basílica, el principal templo religioso del país y uno de los más importantes del mundo. Pero el lugar al que miles de fieles peregrinan para pedir por sus problemas no tiene satisfechas todas sus necesidades básicas: en Luján el agua que se supone potable no es apta para consumo humano.

La ciudad de Luján, a pesar de estar construida a la vera del río homónimo, no obtiene el agua para consumo humano de este curso hídrico por su elevada contaminación. El recurso para el consumo de la población se extrae del acuífero puelchense por bombas domiciliarias o municipales, estas últimas distribuyen el recurso a través de una red de agua corriente. A excepción de algunas ciudades que reciben agua tratada del Río de la Plata, buena parte del conurbano obtiene el recurso del puelchense.

El Código Alimentario Argentino, establecido por la Ley 18.284, define al agua potable "como [...] la que es apta para la alimentación y uso doméstico: no deberá contener substancias o cuerpos extraños de origen biológico, orgánico, inorgánico o radiactivo en tenores tales que la hagan peligrosa para la salud. Deberá presentar sabor agradable y ser prácticamente incolora, inodora, límpida y transparente. El agua potable de uso domiciliario es el agua proveniente de un suministro público, de un pozo o de otra fuente, ubicada en los reservorios o depósitos domiciliarios". Y estable ciertas condiciones químicas para lograr tan condición; en este sentido, determina que el el contenido límite de nitratos (NO3) es de 45 mg/l y de nitritos (NO2), 0.10 mg/l.

Pese a esto, en la provincia de Buenos Aires un decreto se contrapone de manera llamativa a la legislación nacional. El decreto provincial 6553/74 eleva -sin demasiados argumentos- los niveles de nitratos de 45 a 50 mg/l y nitritos de 0,10 a 3,00 mg/l. Ahora bien, ¿qué son los Nitratos y Nitritos? ¿por qué es importante observar esta situación? ¿qué consecuencias puede tener?

En términos coloquiales, el nitrato y el nitrito son formas en las que se presenta el nitrógeno en estado de oxidación. En el ambiente se los haya de manera natural por descomposición de materia nitrogenada (ejemplo, la materia fecal de los animales) aunque su presencia, también puede deberse a la acción humana. Este último es el caso de lugares en donde se usan fertilizantes hechos en su mayoría a base de nitrógeno.

En lugares en donde el agua para consumo humano no proviene de plantas potabilizadores, es decir, que se extra de pozos o de una red que, en definitiva, se trata de una sucesión de pozos interconectados que llevan el agua a través de caños hasta los hogares; el agua no posee un tratamiento previo -excepto y solo en algunos casos, la cloración en tanques de almacenamiento masivo- y, por ende, el agua no es sometida a un proceso de desnitratación antes de su consumo.

El Dr. en Ciencias Biológicas Fernando Momo, especialista en temas de agua e investigador de las Universidades Nacionales de Luján y General Sarmiento, explica que "los nitritos hacen que los glóbulos rojos transporten menos oxígeno. Los lactantes tienen una enzima que genera que los nitratos se transformen en nitritos, por eso la tolerancia en agua para lactantes debe ser más baja. Si consumen agua con elevado contenido de nitratos y nitritos, desarrollan metahemoglobinemia".

En Luján las dudas y las primeras investigaciones sobre el agua potable se remontan a la década del 90 cuando se detectó un caso de metahemoglobinemia en un bebé en la localidad de Jauregui, a 10 kms. del centro de Luján. Un grupo de vecinos alarmados por la situación comenzaron interiorizarse en el caso y se contactaron con Momo, quien ya se dedicaba a investigaciones sobre agua. Fue en ese entonces cuando comenzó a delinearse una exploración a nivel macro sobre la red de agua de Luján y, en consecuencia, de los cuerpos de agua subterránea de los que se extrae el recurso para su consumo.

Según explican el experto Fernando Momo y ex funcionarios locales - que prefirieron no ser identificados en esta investigación - , el agua que consumen los habitantes de Luján se obtiene -como se mencionó anteriormente- de dos formas:

  • Agua de red: Existen distintas perforaciones -alrededor de 13- que extraen agua del acuífero puelchense (el que reúne las condiciones óptimas para beber). Luego, el agua se almacena en tanques municipales para su posterior distribución en caños -que se suponen debidamente constituidos - para trasladar el agua hasta los domicilios.
  • Perforaciones domésticas: En las zonas a donde el agua de red no llega, los vecinos deben costear con fondos propios la construcción de perforaciones domésticas; también hasta el acuífero puelchense, para extraer agua.

Tanto las perforaciones domésticas como aquellas conectadas a las bombas que proveen el agua de red deben poseer las condiciones necesarias para preservar el recurso hasta su llegada a los hogares. Es importante, en este sentido, lo que se conoce con el nombre de "encamisado", que es una especie de anillo que recubre e impermeabiliza a los caños que llegan hasta el agua, y que - a su vez - está cementado, para evitar filtraciones al atravesar las capa freática y el pampeano, cuerpos de agua por encima del puelchense. Es en este punto, donde explica el Dr. Momo que pueden surgir los problemas: filtraciones en el encamisado o deterioro del recurso. Estudios recientes confirman lo que Momo que investigó hace algunos años, el agua de la ciudad de Luján registra valores de nitratos que escalan hasta los 95 mg/lts.

Pasaron 20 años de las primeras investigaciones y de los primeros reclamos y nada parece haber cambiado, porque la situación del agua sigue siendo las mismas: el agua que consumen los habitantes de Luján posee elevados niveles de nitratos y nitritos. En realidad, cambió: los niveles de nitratos en el agua de Luján no disminuyen y desde el Municipio no se registran acciones paliativas. 

"Por su naturaleza, el agua está hecha para apagar incendios no para provocarlos", Munther Haddadin .

© 2016 EL AGUA QUE BEBEMOS, EL AGUA QUE NO VEMOS. Buenos Aires, Argentina.
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